Fragmento del Cantico espiritual (San Juan)
De flores y esmeraldas,
en las frescas mañanas escogidas,
haremos las guirnaldas
en tu amor florecidas,
y en un cabello mío entretejidas.
En solo aquel cabello
que en mi cuello volar consideraste,
mirástele en mi cuello,
y en él preso quedaste,
y en uno de mis ojos te llagaste
…
La blanca palomica
al arca con el ramo se ha tornado;
y ya la tortolica
al socio deseado
en las riberas verdes ha hallado.
En soledad vivía,
y en soledad ha puesto ya su nido;
y en soledad la guía
a solas su querido,
también en soledad de amor herido.
De flores y esmeraldas,
en las frescas mañanas escogidas,
haremos las guirnaldas
en tu amor florecidas,
y en un cabello mío entretejidas.
En solo aquel cabello
que en mi cuello volar consideraste,
mirástele en mi cuello,
y en él preso quedaste,
y en uno de mis ojos te llagaste
…
La blanca palomica
al arca con el ramo se ha tornado;
y ya la tortolica
al socio deseado
en las riberas verdes ha hallado.
En soledad vivía,
y en soledad ha puesto ya su nido;
y en soledad la guía
a solas su querido,
también en soledad de amor herido.
San Juan hace un paralelismo interesante entre las flores frescas de la mañana y las guirnaldas que florecen en el amor. Nos da la imagen del rocío del amanecer en las flores y la esperanza de un día nueva. Las flores entretejidas en el cabello representan la condición inseparable del esposo y la esposa. El amor, la luz del amanecer y la belleza de las flores simbolizan la creación bella y el aspecto misterioso de la vida. Las amantes y la naturaleza están partes intrínsecos en sí mismos. La imagen de la paloma se puede ver como una referencia bíblica a la esperanza de creación nueva y al mismo tiempo, como un símbolo de la soledad. Estas dos estrofas comunican aspectos opuestos del amor. La primera habla de la conexión entre los amantes mientras la segunda habla de la soledad del amor perdido o herido. El ave que vuela al altísimo, buscando, es una imagen perfecta de la soledad.
Fragmento de la Oda XIV al apartamiento (Fray Luis)
sierra que vas al cielo
altísima, y que gozas del sosiego
que no conoce el suelo,
adonde el vulgo ciego
ama el morir, ardiendo en vivo fuego:
recíbeme en tu cumbre,
recíbeme, que huyo perseguido
la errada muchedumbre,
el trabajar perdido,
la falsa paz, el mal no merecido;
y do está más sereno
el aire me coloca, mientras curo
los daños del veneno
que bebí mal seguro,
mientras el mancillado pecho apuro
Similar a la imagen de la paloma por San Juan es la imagen de la ¨sierra que vas al cielo altísima¨ en esta oda por Fray Luis. El cielo se representa como un lugar de soledad, calma y tranquilidad. Al contrario de la imagen previa del pájaro soltero en las alturas, la voz poética en esta oda se acerca al amor, aunque se relaciona con la muerte. Se ve el amante (o en este caso, Dios) como un lugar de refugio, seguridad, y la verdad. Está pidiendo ser recibido y ser salvado de ¨la falsa paz, el mal no merecido¨. A mí me parece que la naturaleza se personifica en el amante por la imagen del aire que coloca a la voz poética y cura sus daños. Mientras San Juan personifica la fauna para comunicar los sentimientos inexpresables del amor, Fray Luis personifica los factores más permanentes y más durables de la naturaleza: las montañas y el viento.
No comments:
Post a Comment